Cómo Ser un Servidor Productivo

Se entiende por productivo el que tiene la eficacia, virtud o eficiencia de producir, realizar, rentar o elaborar; que es provechoso, útil, fructífero, conveniente, rentable, beneficioso, lucrativo, viable o eficaz. En Economía, ser productivo es que puede arrojar un resultado favorable de valor entre precios y costos.
Actividad no es lo mismo que productividad

Por un lado, cuando vemos a una persona que se esfuerza o “sufre” mucho en una actividad, de inmediato se piensa que es una buena persona, trabajadora y muy enfocada. Y, por otro lado, cuando vemos a una persona que no sufre de estrés, que está tranquila y feliz pensamos que es floja, que no le interesa el trabajo o no está comprometida.

La actividad (del latín activitas, activas = actuar) es una faceta de la psicología, mediatiza la vinculación del sujeto con el mundo real, es medible, pero no necesariamente cuantifícale en rendimiento.

La productividad es una medida económica que calcula cuántos bienes y servicios se han producido por cada factor utilizado (trabajador, capital, tiempo, tierra, etc) durante un periodo determinado. Mediante la productividad se obtiene la eficacia.

Debemos entender que en un servicio lo que se debe buscar realmente es la productividad y no la actividad, es básico, porque entonces esto nos permitirá alcanzar de manera eficaz los objetivos de la iglesia o ministerio más rápido, además de aprender a disfrutar del proceso sin acumular estrés innecesario.

En seguida veremos en 8 pasos cómo lograr ser un servidor productivo:

"Ser más productivo no significa nada mas lograr más, también significa también disfrutar más"

- Apóstol José Luis
Enfócate en el objetivo en lugar del procedimiento

Si nos ponemos a analizar todo lo que tenemos que hacer para llevar a cabo alguna actividad dentro de la iglesia, lo único que lograremos con esto es sentir estrés y confusión, incluso frustración. ¿Te ha sucedido?

Si en lugar de pensar en todo el procedimiento, mejor nos enfocamos en qué es lo que queremos lograr y cómo nos sentiremos cuando hayamos alcanzado el objetivo, entonces haremos todo lo necesario rápidamente y sin darnos cuenta estaremos disfrutando del logro.

Tómate pequeños descansos frecuentemente

Cuando creas que tienes menos tiempo para descansar, entonces es el momento de tomarte un descanso. Se ha comprobado que la productividad aumenta significativamente si tomas descansos de entre 15 y 20 minutos cada 2 horas de trabajo. Hacer esto ¡es muy importante! pues se despejará tu mente, estará libre de estrés y te permitirá enfocarte mejor y, por ende, ser más productivo. ¡Relajase y disfrute! Es una bendición que podamos servir al Señor.

Realiza las actividades de manera que des mejores resultados

Muchas veces nos encontramos haciendo muchas actividades a la vez que no nos acercan significativamente a nuestro objetivo. Si queremos ser más productivos entonces ¡no cargues con todo el trabajo! pide apoyo. Siempre hay una o dos actividades que podemos hacer con alguien más, esto nos ayudará a dar un gran paso hacia nuestro objetivo.

Dedica tiempo a Dios la primera hora de tu día

Dedica la primera hora de tu día con tu cuerpo, con tu mente, con tu alma y espíritu a pasar tiempo con el Señor y entregarle todo lo que harás. ¡Te lo aseguro! Esto hará la diferencia en tu día. Lo peor que puedes hacer al despertar es revisar tu correo electrónico o las redes sociales.

Envía a tu equipo de servidores correos con objetivos específicos

Si tus indicaciones van y vienen más de 4 veces es mejor que tomes el teléfono y llegues a un acuerdo en una conversación telefónica de dos minutos. La próxima vez que envíes un correo electrónico recuerda ser específico con el objetivo del mismo y en dar indicaciones específicas sobre qué debe hacer cada uno de los servidores.

Designa tiempos específicos para tareas repetitivas

Si realizas tareas repetitivas, con un enfoque, por así decirlo «rutinario», designa tiempos específicos para ello, así evitarás que alguna otra operación te distraiga cuando deberías estar enfocado. Eso te permitirá concluir la actividad con éxito y por ende, esto te llevará a lograr resultados positivos para ti mismo y la iglesia y/o ministerio en general.

Reconoce la diferencia entre lo importante y lo urgente

Solemos enfocarnos en lo que requiere nuestra atención inmediata, pero el hecho de que sea urgente no significa que sea importante.

Las tareas urgentes son aquellas que exigen una atención inmediata y son las que ponen a prueba la capacidad de respuesta momentánea.

Las tareas importantes son las que nos llevan a cumplir el objetivo final, pueden ser a corto o largo plazo y ponen a prueba la capacidad de respuesta futura frente a los obstáculos que se van presentando, lo ideal sería llevar un equilibrio a la hora de realizar las actividades importantes y urgentes.

Aprende a desenfocarte de las cosas que no te lleven a cumplir con tu servicio
Saber desenfocarse es tan importante como saber enfocarse. De nada sirve que nos sepamos enfocar en una tarea si cuando terminemos de hacerla no podremos continuar con la siguiente. Si estamos sirviendo, debemos enfocarnos en el servicio, si estamos en casa, entonces enfoquémonos en la familia. Si queremos ser más productivos entonces debemos dejar de pensar en otras cosas mientras realizamos una tarea o actividad importante. Ahora, toma acción de lo que has leído y aplícalo; y recuerda, que cumplir con ser un buen servidor para Cristo requiere de más intimidad con el Espíritu Santo y menos intimidad con el mundo.
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” 2 Timoteo 2:4
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