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Valores en la Familia

Al hacer hoy una incursión en la vida familiar, observamos que hoy muchas familias hacen aguas porque no se toman en serio los valores necesarios para una convivencia entre personas inteligentes, con principios, como la sociedad tiene su fundamento en la familia, cuando esta “pincha” la sociedad se resiste a circular con normalidad.

Al observar la realidad de nuestra sociedad nos damos cuenta que somos una sociedad carente de valores morales y espirituales. Y los valores son inculcados primeramente no en la escuela o en el vecindario, los valores son inculcados en el seno de una familia.

Si la sociedad está enferma es porque la familia está enferma, esta tambaleante, y queremos que la escuela inculque en nuestros hijos lo que nosotros no hacemos en casa, pero esto no debe ser así. Pero, ¿qué son los valores? Son todas aquellas actitudes que nos forman como personas, como hombres y mujeres.

Y así de importantes son pues el colegio puede formar un bachiller, la universidad forma un medico, un abogado, un administrador, pero la familia forma como persona y mientras mejores personas seamos mejores hijos de Dios seremos.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros”
Filipenses 4:8-9

Como cristianos tenemos una gran ventaja sobre una familia inconversa: nosotros tenemos una nueva naturaleza espiritual, tenemos la capacidad de vivir con valores morales de nuestra nueva naturaleza.

«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» 2 Corintios 5:17
Los versículos con los cuales comenzamos el espíritu santo nos da una lista de todo lo que debe haber en nuestra manera de actuar: todo lo honesto, todo lo puro, en esto pensad. Pero también el apóstol dice palabras impactantes: todo lo que han visto, oído, aprendido de mi esto haced, esto es autoridad moral, ¿tenemos nosotros esta autoridad? Antes de enseñar valores a nuestra familia es imprescindible que los practiquemos nosotros primero, no podemos exigir a nuestros hijos que hagan algo que nosotros mismos no vivimos. Veamos algunos de los valores que como familia cristiana no podemos perder, sino que debemos fomentarlos, para hacer de nuestros hijos personas de bien:

Antes de enseñar valores a nuestra familia es imprescindible que los practiquemos nosotros primero, no podemos exigir a nuestros hijos que hagan algo que nosotros mismos no vivimos.

Primer valor: El respeto

«Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al Rey»
1 Pedro 2:17

El respeto es la base de los valores, pues el respeto nos hace aceptar el valor propio y los derechos de las personas, y nos hace convivir en paz. El respeto al derecho ajeno es la paz. En casa debemos enseñar el respeto a las personas mayores

«Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová»
Levítico 19:32

En casa debemos enseñar el respeto a las autoridades (Romanos 13:1) es decir: maestros, policías, directores etc.

En casa debemos enseñar el respeto a los padres (Efesios 6:2) desde el saludo en la mañana, hasta las buenas noches para acostarse.

Segundo valor: El agradecimiento

«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.»
Filipenses 4:6

Debemos enseñar a nuestros hijos a ser agradecidos en todo lo que se les puede dar. No le enseñemos a nuestros hijos a menospreciar lo que tenemos sino a dar gracias sabiendo que el agradecimiento nos abre las puertas de la bendición de Dios en nuestra vida. Escuchan nuestros hijos en nuestra boca palabras de agradecimiento y no palabras de queja y de menosprecio.

Si no les inculcamos el agradecimiento, ellos no vivirán en contentamiento.

Tercer valor: La responsabilidad

«De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.»
Romanos 14:12

¿Qué es responsabilidad? Es el cumplimiento de las obligaciones, o la obligación de responder ante nuestros actos. Nuestros hijos deben saber que en sus fracasos, los principales responsables no somos los padres, sino ellos mismos. No cubramos las irresponsabilidades de nuestros hijos.

Cuarto valor: La honradez

«No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.»
Levítico 19:13

Honradez es integridad en el obrar, es aquella persona que por sobre su necesidad económica hace prevalecer en su obrar lo justo y lo recto. No podemos permitir que nuestros hijos lleven a casa objetos que no sabemos de dónde proceden. ¿No se da cuenta que sus hijos compran cosas que ellos normalmente no pueden pagar? ¿No se ha preguntado de donde salen?

Debemos enseñar a nuestra familia que aunque tengamos muchas necesidades, eso no es excusa para obtener las cosas de manera fraudulenta: el vuelto en el transporte público, dejar de pagar lo fiado en la tienda, etc.

Ilustración del reportaje del diario de hoy: muchachas que venden su cuerpo y que venden drogas para pagar sus estudios, eso no es agradable ante los ojos de Dios y trae consecuencias a nuestra vida.

Quinto valor: La honestidad

«Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía.»
Ezequiel 16:8

La honestidad es un valor moral que tiene que ver con la verdad, lo puro. Un hombre y una mujer honesta tiene varias cualidades: decente, decoroso, recatado y pudoroso. Promovemos la deshonestidad cuando permitimos que nuestras hijas se vistan de una manera no recatada.

Pero como podemos exigir a nuestros hijos que sean decorosos si nosotros no los somos, si usamos ropa deshonesta, si actuamos de una manera deshonesta. Somos «el amigo que duerme en casa» cuando nos convertimos en encubridores de las deshonestidades de nuestros hijos o hijas por ser alcahuetes.

Sexto valor: El amor

«Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.»
Juan 13:34

Debemos enseñarnos a amarnos los unos a los otros dentro de la familia, no a odiarnos, no a menospreciarnos. Cuando hay amor hay tolerancia, hay perdón, hay armonía. Pero el principal amor que debe existir es el amor a nuestro Dios.

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